Samaipata tiene Memorïa, hidromiel hecha en casa
Pedro Lázaro y Pablo Berdecio elaboran esta ancestral bebida desde hace cinco años. La venden en el pueblo y en Santa Cruz de la Sierra.
La hidromiel, aguamiel o vino de miel Memorïa es producido en Samaipata por Pedro Lázaro y Pablo Berdecio desde hace cinco años, cuando un enólogo alemán les habló del producto que antiguamente consumieron los griegos, romanos, celtas y vikingos. “Nació como un hobby, para compartir con los amigos”, puntualizó Lázaro, un español que reside en la zona desde hace 15 años. “Luego vi su potencial y empecé el negocio”.
No es más que la combinación de agua, limón y miel (sin nada de uva, por si acaso), que se deja fermentar para la obtención de una bebida con cierto grado alcohólico. Para su elaboración utiliza agua de un manantial de su finca, de donde también saca la miel. Al agregarle levadura, esta come el azúcar y bota alcohol que puede ser dulce, semidulce y seco.
Memorïa tiene 12 grados de alcohol y sirve como aperitivo. Su variedad puede darse por el tipo de miel utilizado en su fabricación: la de Camiri le otorga un color amarillo intenso a la bebida y la de Porongo un tono bronce, por ejemplo. Al mes, se venden entre 80 y 100 botellas, con un costo de Bs 65. Cabe mencionar que algunos restaurantes de la zona utilizan la hidromiel como ingrediente para ciertos platillos gourmet.
En Santa Cruz de la Sierra es comercializado en ferias. “Hay que dejar claro que no es una receta nuestra; esto tiene miles de años. En muchas culturas era parte de su vida cotidiana, tal como lo es hoy en día en los países nórdicos”, contó el productor. De hecho, los turistas del norte europeo que llegan a Samaipata se sorprenden de que allí se esté elaborando esta bebida.
Pablo Berdecio, con más dotes para el marketing, se encargó de la adquisición de las botellas y del diseño de la etiqueta. “Memorïa es presente, encuentros que emergen de una copa de hidromiel y que permanecerán intangibles en tu paladar” reza como descripción. ¿El logo? Un abrazo en las montañas.
En la actualidad, el consumo de vino de miel está en ascenso en Chile, Argentina, México y Estados Unidos. “Tras la pandemia, aparecieron muchas fábricas artesanales e industriales”, indicó Lázaro. “En Bolivia la hacen en La Paz y Cochabamba”. Se sabe que la bebida tiene propiedades antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias.
Pedro Lazo es un artista plástico casado con una cruceña que, un buen día, le mencionó el sitio donde quería terminar sus días. Viven en Samaipata junto a sus cuatro hijas; él dedicado a la hidromiel y ella a la marroquinería. Pretende trasladar su fábrica del pueblo a su finca, a cinco kilómetros, donde están sus abejas.