Irene Tapia endulza con sus mermeladas
Sus mermeladas han ido a parar a países tan lejanos como Australia y Alemania. Las hace desde que regresó de trabajar de Chile, cuando acabó la cuarentena.
La encontramos en su casa pelando duraznos para elaborar una tandada de mermeladas. Doña Irene Tapia las hace con frutas de temporada y en estos días tiene de frutilla, piña, guayaba, higo, durazno, papaya, naranja, manzana verde y las mezclas de locoto con maracuyá y naranja con jengibre.
Aprendió el oficio de su madre y de su jefa cuando vivió en Chile. De ese país regresó a su natal Samaipata apenas abrieron los aeropuertos en 2020, tras la cuarentena por el covid. “Me quise venir a mi pueblo ya para quedarme”, indicó. En Santiago había vivido seis años y antes, durante una década, lo hizo en Virginia, Estados Unidos.
Madre de una hija ya adulta, doña Irene quiso dedicarse a las mermeladas para tener algo que hacer. “Acá no había y después que abrí la venta, ya aparecieron otras. Pero no me molesta; hay mercado para todos”, dijo. De hecho, está dispuesta a enseñar. “No soy egoísta; que venga quien tenga ganas de aprender”.
La ventita está instalada en el living de su casa, ubicada a media cuadra de la plaza central. Sus principales clientes son los turistas, sobre todo los extranjeros. Con orgullo cuenta que sus mermeladas han ido a parar a Alemania, Australia, Canadá, Brasil, Argentina, entre otros países.
Los viajeros de Santa Cruz de la Sierra también prueban sus dulces y no se hace problemas para enviar encargos en los trufis que hacen el servicio de transporte entre el pueblo y la capital cruceña. Aseguró que los productos llegan en perfectas condiciones y que, una vez abiertos, pueden durar hasta un año si se los guarda con la tapa hacia abajo.
Las mermeladas se venden en presentaciones de medio y cuarto kilo, en frascos de vidrio que ella compra en Santa Cruz de la Sierra. De decorarlos y del etiquetado se encarga ella misma. ¿El costo? Bs 25. A medida que se van terminando, prepara más; al ser naturales (sin conservantes), no se puede almacenar.
Los feriados son las ocasiones cuando más clientela tiene, con degustaciones como estrategia de marketing. “No me enojo si no compran; todo depende del gusto de la gente”, puntualizó. “Pero casi siempre se llevan más de un frasco y eso me motiva a seguir preparando mermeladas.
Para encargar mermeladas a doña Irene, comuníquese mediante al celular 72642014